Hoy me he parado a pensar ... miento, la cola del supermercado ha tenido la culpa, en la de cosas que dejamos de hacer, escribir por ejemplo, por estar todo el día con mil cosas en la cabeza de aquí para allá, todo tiene que ser "Ya", queremos hacer tanto, queremos llegar a tantos sitios, que al final terminamos en medio de ninguna parte.
Estamos rodeados de aparatos modernos, que se supone nos tienen que hacer la vida mas fácil, cuando lo fácil seria hacer vida con los que tenemos al alcance de un abrazo. Tenemos tanto por contar, tanto por hacer que cuente, que al final se nos pierde entre tanto contenido vacío en el disco duro de nuestros días. Dejamos atrás tantos ratos de ser humanos por seguir como maquinas el ritmo que nos marcan los tiempos modernos que tenemos delante. Somos el fruto de esta sociedad que nos exprime hasta sacarnos la ultima gota de jugo, la esencia individual que como un exclusivo perfume todos llevamos impresa ... y nos dejamos exprimir.
Yo hablo conmigo mismo, si, los locos siempre hablamos a solas porque somos quienes mejor nos entendemos, ...pero he llegado a darme cita!!
- Jorge, tienes que poner freno! - me he dicho mientras me agarraba del puño de la camisa.
- Que tienes una historia en las espaldas y sabes lo que no quieres ... - fue entonces cuando mire a mi alrededor y observe el deambular de la gente, móvil en mano, sin levantar la vista apenas y mucho menos sin hablar con quien les acompaña.
Que si, que vivimos un boom tecnológico brutal, pero se supone que tenemos que sacarle partido y no convertirnos en esclavos de los "Followers", del puñetero (bendito algunas veces) Whatsapp, pendientes del Klout (el mio 63 ..) o de los Like a la foto de la barbacoa del domingo, ni te quiero contar de los que no paran de fotografiar aquello que se llevan a la boca ... Estamos locos o qué?
Que el "dispositivo" táctil al que mas partido podemos sacarle es la gente que tenemos a nuestro lado, las personas a las que deberíamos estar enganchados cada minuto posible, sentir, abrazar, besar y rozar hasta que se nos recargue la batería interna, la del afecto, cariño y deseo, porque el deseo te lleva a la conexión mágica de los sentidos, reactiva el archivo de los sueños y es el antivirus mas potente contra el estrés de tener que aguantar las prisas y rutinas de las que es difícil escapar.
Dejemos que el contacto de la piel guíen los sentidos a través de las yemas de los dedos, hasta conectar los terminales del alma con la fuente inagotable de energía que supone el contacto humano, cálido, divertido y sugerente estimulo de sentirnos vivos y cercanos al ritmo que marquen las ganas.
Y ahora, si me disculpáis, tengo prisa ... por salir corriendo para abrazarme fuerte a un deseo que no quiero hacer esperar. Ir despacio con las personas de verdad, las que te estrujan con fuerza, las que se dejan tocar.
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