Pasión, era hombre, un hombre andante por bosques oscuros convertido en una fiera sin sentido, se deja llevar por la húmeda brisa en primavera, por el olor de las hojas otoñales, en las frías noches invernales, en las cálidas noches estivales persiguiendo su fresca verdad.
Deseo, es la chica, que por dentro lleva la esperanza de conocer el amor, pero mientras lo encuentra, va dando pasos inciertos, choca con la vida, se tropieza sin razón, siente su cuerpo, se pierde así misma queriéndose encontrar amarrada a unos brazos desnudos, para volverse a encontrar.
Una noche donde muy pocas estrellas habitaban en el cielo, Deseo, se apresuro a entrar en ese bosque encantado, donde la caminata se hacía larga, la noche un latido, un sentir agitado, las ráfagas de vientos húmedos la impulsaban a seguir andando.
Deseo, a lo lejos escuchaba voces, de vez en cuando en su caminar sentía miedo, tropezaba con otros animales que al igual que ella emanaban hambre sin saciar, ¿Y cuántas veces Deseo en esas noches no alcanzo a ver el cielo? … incontables ya.
Deseo, alimentaba fuegos, lanzando miradas, moviendo caderas entre fieras noctambulas, no soportaba el frío que le embargaba soledad. El encendió su llama, extendió sus garras y ella se dejo atrapar.
Pasión, contemplaba la llama, pedía al silencio y a las sombras del nocturno juego, le diera una oportunidad, de sentir de nuevo estremecer sus piernas, de temblar sus labios y danzar en pos de la fugaz felicidad. Deseo temblaba de frío, movía los vientos, agitaba las curvas, escribía con gestos el frugal sendero que invitaba a andar.
Juntos allá sentados, comenzaron a fingir, que no eran extraños, que se conocían de tiempo atrás. Pasión y Deseo se cruzaban miradas, se tornaban fuego, ya no conversaban, se envolvían en silencio mientras la noche bajaba y se tornaba cálida a cada respirar.
Calló el amanecer, allá estaban los dos cuando la fuerza de sus miedos se extinguió.
Pasión le pido a Deseo que mirara al cielo y allí estaban los dos, Deseo no pudo aguantar, sintió la necesidad de abrazar de nuevo y un beso entrego a Pasión.
Pasión, sorprendido por lo que Deseo había hecho, se quedó por segundos sin razón, el beso de Deseo le había encendido de nuevo el cuerpo.
Deseo, lo tomó de sus manos y comenzaron a danzar de nuevo, fue como un juego donde Deseo hacía de él lo que le antojaba y él sin temor se dejaba.
Los dos al desnudo decidieron andar juntos, entre besos lentos, fundidos ambos cuerpos a ese hermoso manantial.
Deseo y Pasión siempre van juntos y así permanecerán, mientras el hombre sea hombre y las mujeres de verdad.
Deseo vista por Pasión |