Desde el descubrimiento del fuego y la invención de la rueda el hombre ha tratado de buscar la manera de hacer las cosas con el menor esfuerzo posible para alcanzar la comodidad y el bienestar. Durante el siglo pasado la revolución industrial marco un gran cambio a mejor en este mismo sentido y en este nuevo siglo el gran avance vendrá de la mano de la revolución digital, y digo vendrá porque aún estamos en un nivel altísimo de Analfabetos digitales y no me refiero a las aberraciones gramaticales que te encuentras a diario, ese sería otro tema sobre el que hablar mucho.
Durante la revolución industrial aquellas personas sin estudios, analfabetos y sin preparación, ocupaban los puestos más bajos en la maquinaria del desarrollo, en esta nueva revolución, la del Internet de las cosas, la de los smartphones y las redes sociales, el analfabetismo digital relegará a quienes no tengan esas habilidades a los puestos más básicos y de menor proyección. Las costumbres, la información y el ocio giran en torno a estos pequeños aparatos que la gran mayoría de nosotros no dejamos a más de un metro durante los 365 días del año.
La revolución digital ha llegado para quedarse, modificando cada uno de los aspectos de nuestro día a día, solo basta con fijarse en cómo ha cambiado la publicidad de los fabricantes de automóviles, pasando de destacar como equipamiento el climatizador, los airbags y el control de frenada a centrar sus campañas en destacar la conectividad con nuestros dispositivos móviles. El Internet de las cosas no es más que el primer paso de esta revolución, en la que tendremos el “control” de todo lo que hacemos servir a golpe de clic en nuestros dispositivos móviles.
El uso de las redes sociales ya forma parte de nuestro día a día. |
¿Qué es el analfabetismo digital?
El 80% de la población usa de una u otra manera las redes sociales a diario, ya sea por ocio o profesionalmente, el analfabetismo digital no es tanto el desconocimiento de las redes sociales si no el desaprovechamiento de las mismas. Y en mi opinión, es más grave a nivel institucional que a título individual. Los usuarios utilizamos Internet y las redes sociales principalmente en temas de ocio, viajes, restaurantes, información de productos y/o como canal de queja hacia las marcas e instituciones. Los canales sociales son la inmediatez (siempre que se gestionen adecuadamente) posibilitando la agilización a la hora de resolver cuestiones que por los cauces tradicionales tardarían días en tener una respuesta.
Los medios tradicionales representan el analfabetismo, publicar una nota informativa en un medio impreso se puede considerar un proceso “lento” hoy día, desde su elaboración hasta la recepción por los destinatarios pueden pasar varios días, mientras que si ese comunicado se efectúa en medios digitales el alcance es inmediato, casi instantáneo, pero para una mayor efectividad lo que hace falta es una educación digital, tanto de los emisores como de los receptores, la falta de esta es lo que se define como analfabetismo digital.
Hay quien considera este modelo como una utopía, nada más lejos de la verdad. Este debe ser el camino para tener unas instituciones eficaces y asentadas en el ritmo de esta nueva revolución. Sirva como ejemplo el municipio de Jun, el pueblo gobernado por Twitter, un pequeño pueblo al norte de la ciudad de Granada que supera por poco los 3.500 habitantes. Sin embargo, este pueblo ha conseguido ponerse a la vanguardia y está transformando su día a día y su manera de funcionar gracias a Twitter. Los colegios, por ejemplo, informan del menú del día en el comedor escolar. Así los padres pueden enterarse y planificar las cenas de los pequeños sin depender de que llegue el ‘papelito’ con las comidas correspondiente hasta casa.
Jun, el pueblo gobernado a golpe de tuit. |
Twitter se ha convertido en el principal canal de comunicación entre la administración y el ciudadano, en el que los vecinos pueden resolver sus dudas en tiempo real, incluso cuando las oficinas del Consistorio han echado el cierre. Por tener perfil, tiene perfil hasta la máquina barredora del pueblo y tiene más de 800 seguidores. El caso de este municipio ha sido objeto de varios artículos en los principales diarios de Estados Unidos, donde incluso el MIT Media Lab estudia este modelo de gestión y lo destaca como un uso eficiente e innovador de las redes sociales.
Sin duda un reto al que deberían dedicar recursos las administraciones para estos inicios de siglo es el de promover la integración de los medios digitales y la educación y formación en los mismos, tanto a la ciudadanía como a los propios miembros de la administración.
Las redes sociales pueden y deben ser canales de uso y comunicación, más allá de ser un inmejorable medio de marketing y publicidad, conocerlas y saber sacarles partido sea cual sea el ámbito en el que nos encontremos es ya casi una necesidad más que una opcción.
Jorge Álvarez
Marketing & Comunicación